sábado, 17 de agosto de 2013

Madre hasta en sueños






Hoy recordé con mucha nostalgias  mis días de juventud, aquellos que en grupos de amigas solíamos disfrutar, las conversaciones  
largas y  los  proyectos,  que cada una soñábamos realizar,  un futuro lleno de emociones, buena profesión, buen empleo…un gran amor.

La verdad,  después de que terminamos la secundaria, cada una siguió su propio camino, tal vez algunas lograron realizar todo lo anhelado, o  quizás,  como yo, siguió la profesión más hermosa de  ser esposa y madre. Realmente la vida nos tiene preparada diversas tareas a cumplir,  que nos la va enseñando a su tiempo, sin aviso, ni previa preparación. Luego nos deja el conocimiento de la experiencia vivida.

 Una de las tareas más cautivantes y agotadoras pero hermosa,  es la de ser mamá,  la  gran responsabilidad de proteger, educar y enseñar forman parte de una rutina diaria,  pero encantadora,  la delicia y el orgullo de verlos, crecer día a día y la emoción que nos embargan con el aprendizaje y las travesuras se convierten en una maravillosa experiencia;   viene a mi mente, lo que una amiga nos repetía,  a mi cuñada y a mí en ese entonces…aprovechen y disfruten a sus hijos ahora, que están pequeños, porque cuando crezcan sabrán, lo que es bueno…

Cuánta razón tenía, y se cumple aquel dicho que dice: “niños pequeños... problemas pequeños; niños grandes... problemas grandes “ los chicos ya han crecido, y ahora comprendo, que este oficio de ser mamá, no tiene vacaciones, nuestros hijos nos preocupan siendo niños o adultos, da igual,  cuando niños pensamos que no se caigan y se lastimen, alguna fiebre que nos dejan sin dormir, pero de grandes otras son las preocupaciones, y en nuestro tiempo con toda esta avalancha de tentaciones, de tecnología avanzada las angustias  van creciendo, ya no es la fiebre que no nos dejan dormir,  la pregunta constante en nuestras mentes ,  llegó bien?  si  en el camino no hay peligro, si están en buena compañía,  creo que no hay madre, que haya dejado santo sin nombrar o algún ángel familiar que nos ayuden, a protegerlos  hasta el regreso de ellos sanos y salvo al hogar… este oficio no tiene vacaciones.


A mis años tengo la gracia de tener a mis padres a mi lado, mi madre sigue preguntando constantemente por todos sus hijos, además de un nuevo agregado, los nietos, así que,  como voy entendiendo este oficio de madre se extiende  y el presentimiento me dice, que  seré madre hasta en sueños…

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